domingo, 7 de diciembre de 2008

¡Oh no!, ya esta aquí otra vez... II PARTE


Nuestro país como no podía ser menos se merece su propio espacio. Sí, comemos mucho, y es verdad lo dejamos todo para el final, comprar los regalos, conseguir los langostinos de oferta, mandar las felicitaciones por correo, pero los españoles somos así, lo que sea por una fiesta.

Los últimos en algunas cosas, sí, pero los primeros en otras: mandar el primer sms de año nuevo, conseguir que se colapsen las líneas, lanzar petardos toda la noche, estrenar el año con un chocolate caliente y unos buenos churros. Es nuestra idiosincrasia.
Porque España es diferente y somos así, ahí va: Nuestra Navidad.
España

El día 22 de diciembre se celebra un acontecimiento que señala el comienzo de la Navidad: el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. Durante cinco horas, la televisión y la radio transmiten el sorteo. Bares, fábricas y oficinas funcionan a ritmo lento porque millones de personas aguzan el oído para oír a los niños del Colegio San Ildefonso de Madrid cantar los números ganadores. El primer premio, conocido como "El Gordo", reparte 1.803.036,31 euros (300 millones de las antiguas pesetas) y puede cambiar la vida de muchos españoles.
La lotería española fue instituida por el rey Carlos III en 1763 y sus sorteos jamás han dejado de celebrarse desde entonces. Ni siquiera la Guerra Civil consiguió suspender la celebración del sorteo del "Gordo", pues en aquellos años hubo dos loterías, una en cada bando.


La noche del 24 de diciembre es un momento de recogimiento familiar en torno a pequeñas figuritas que representan el nacimiento de Jesús: los pesebres. Una costumbre navideña que está cayendo en desuso es la del aguinaldo. El día de Nochebuena, grupos de niños recorrían las casas de su vecindario y se ofrecían a cantar villancicos -acompañados de zambomba y pandereta- junto al pesebre o el belén de la casa a cambio del aguinaldo: unas monedas o unos dulces típicos (un trozo de turrón o una figurita de mazapán).


La bebida favorita en estos días es el cava, vino espumoso elaborado con uvas españolas por el tradicional método champanoise. En Nochebuena se celebra la "Misa del Gallo". Según la tradición, este animal fue el primero en presenciar el nacimiento de Jesús y anunciarlo al mundo. Era habitual que los miembros de la familia asistieran juntos a esta misa de medianoche. Entre Navidad y Nochevieja tiene lugar otra típica celebración española: el día de los Inocentes (28 de diciembre), que recuerda la matanza de niños cometida por el rey Herodes en Judea. En España, y para desconcierto de los extranjeros, ese día las fuentes urbanas pueden aparecer repletas de espuma de jabón o los diarios publicar noticias completamente imposibles. Es el día de las bromas y tomaduras de pelo generalizadas.


El último día del año se celebra la Nochevieja. Después de cenar, a las 12 en punto de la noche, millones de españoles comen las uvas de la suerte mientras los grandes relojes de las ciudades y pueblos dan las doce campanadas. Se toma un grano de uva por cada campanada. Después, muchas personas disfrutan de la noche en una fiesta con baile denominada "cotillón".
La noche del 5 de enero, después de asistir a la Cabalgata de los Reyes Magos, todos los niños dejan sus zapatos en un lugar visible de la casa o en el balcón, y se retiran a dormir con la ilusión de despertar y descubrir los regalos que les han dejado Melchor, Gaspar y Baltasar.


Para desayunar, o después de comer, la familia toma el dulce típico de este día: el roscón de Reyes, un tipo de bollo de masa fina con forma de anillo y decorado con trocitos de frutas escarchadas, símbolo de los rubíes y esmeraldas que adornaban los vistosos mantos de los Magos de Oriente. Entre la masa se esconde una pequeña sorpresa y quien la encuentra es coronado rey de la casa.

Desde este pequeño Mundo Bohemio sólo desearos muy buenas fiestas y que los reyes magos no os dejen carbón.

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