martes, 14 de abril de 2009

TITANIC

Han pasado noventa y siete años, pero la historia del Titanic y de su famoso naufragio continúa fresca en nuestra mente. La culpa sin duda la tiene el cine y la literatura, que han ayudado a convertir todo lo que rodea este barco en leyenda.
Sea por lo que sea, el Titanic y su nombre nos siguen causando inquietud.
Todos, (algunos más y otro menos), conocemos las historias en torno al barco, los músicos que tocaron hasta el final, la insuficiencia de botes salvavidas, los importantes personajes que se embarcaron en aquel viaje inaugural que jamás llegó a destino. Por eso y coincidiendo con el aniversario del desastre, hoy hablaré del Titanic y su fatídico viaje.


R.M.S. TITANIC.

El Titanic era el segundo de un trío de transatlánticos de la clase Olympic, que pretendía dominar el negocio de los viajes transoceánicos a principios del siglo XX. Fue diseñado por Thomas Andrews y era propiedad de la White Star Line. Se construyó en los astilleros de Harland and Wolff en Belfast (Irlanda del Norte). La clase Olympic destacaba por su tamaño, lujo y avances técnicos. El Titanic se diseñó usando algunas de las más avanzadas tecnologías disponibles en aquel tiempo, tales como mamparos herméticos que dividían el casco en 17 secciones independientes y que se creía que podían mantenerlo a flote en caso de rotura de una parte del casco; iba dotado de telegrafía, un nuevo diseño de hélice de tres palas y las instalaciones de primera clase no tenían comparación con otros buques en cuanto a lujo se refiere.

Cumplía, además, con todas las normas de seguridad exigidas por la legislación británica y norteamericana. Como por ejemplo, la instalación de puertas metálicas que separaban la tercera clase del resto, no porque la White Star los discriminara, sino porque la Ley de Inmigración Americana así lo exigía.

Para su tiempo, el Titanic no tenía rival igual en lujo y elegancia. Piscina interior, un gimnasio, una cancha de squash, un baño turco, una biblioteca, una sala de recepción, muebles costosos, decoración exquisita, baños provistos de agua caliente y fría, y además estufas eléctricas. No se escatimó en nada, salvo en una cuestión: 20 botes salvavidas para una capacidad de 2.224 personas. Supusieron tal vez que era un gasto inútil para un barco insumergible.
Sin embargo y aunque resulte difícil creerlo el Titanic llevaba 4 botes más de lo que marcaba la Ley. Ley que en aquel tiempo requería 16 botes por cada 10.000 toneladas. Una regulación obsoleta, ya que databa del siglo pasado, donde los barcos eran de madera.

VIAJE

El 10 de abril de 1912 el Titanic zarpó desde el puerto de Southampton, comandado por el veterano capitán Edward John Smith, el más experimentado y prestigioso de la White Star Line, quien previamente al viaje expresó que éste iba a ser su último mando antes de jubilarse.

El barco tuvo un viaje placentero y sin novedades, hasta que el 13 de abril empezaron a llegar los primeros informes de avistamiento de bloques de hielo en la ruta; al menos una docena de mensajes pudieron ser recibidos antes de que el telégrafo Marconi fallara por un lapso de 10 horas. Restablecida la comunicación, los radiotelegrafistas empezaron a recibir avisos de peligro de icebergs, los cuales fueron ignorados o no tomados muy en cuenta.

El clima se enfrió a medida que se acercaban a los grandes bancos de Terranova y el capitán Smith ordenó alterar un poco el rumbo para pasar más hacia el sur de los grandes sectores de icebergs. La velocidad era de 22 nudos y Smith consultó a Bruce Ismay, vicepresidente de la compañía, si podía bajarla, pero este se negó aduciendo que deseaba hacer el mejor tiempo en su viaje inaugural.

El último atardecer del 14 de abril sorprendió al Titanic navegando en aguas muy tranquilas. Cuando la noche helada, cayó, el buque navegaba en una zona de aguas quietas sin oleaje, un verdadero espejo líquido negro, lo cual era un inconveniente para avistar icebergs. Smith consultó de nuevo a Ismay si podía reducir la velocidad, pero no obtuvo la aprobación de este; entonces, y como prevención, ordenó redoblar la guardia en los mástiles.

HUNDIMIENTO

Poco antes de la medianoche, con un cielo estrellado y un mar excepcionalmente tranquilo, los vigías dieron alarma de iceberg al frente. El primer oficial Murdoch, de guardia en ese momento, intentó evitar la colisión, primero girando el timón (muy pequeño para la longitud del navío) todo a estribor, para seguidamente dar marcha atrás, lo cual fue fatal pues el timón perdió presión de virada.

El barco logró evitar el choque frontal (con el que seguramente no se hubiera hundido y hubiera sido capaz de seguir navegando hasta su destino sin problemas) en el último momento, pero no pudo impedir que el buque rozara el iceberg abriéndose las placas de estribor con 6 brechas diferentes que permitieron la entrada de 450 toneladas de agua por minuto. El Titanic quedó así sentenciado. Eran las 23: 45 del día 14.
Algo después, Murdoch, consciente de la tragedia que había desencadenado, se quitó la vida, descerrajándose un tiro en la sien.

Al principio el daño no pareció fatal, sin embargo su diseñador Thomas Andrews, después de repasar el barco con un carpintero, predijo lo increíble: el daño era irreparable y el barco se iba a pique. Apenas contaban con dos horas.
Smith impactado y en estado de shock, sabía por simple aritmética que muchos pasajeros morirían por el escaso número de botes. Sorprendido y confuso sólo pudo decir: “Pero si no puede hundirse, si es insumergible…” A pesar de su vasta experiencia, el capitán, errático y ajeno a la situación y en su forma de actuar, se mostró irrelevante con el correr del escaso tiempo .

Jack Phillips, primer oficial de radio, recibió la orden de enviar telegramas pidiendo auxilio. A eso de las 00:25 el RMS Carpathia recibió la increíble noticia de que el Titanic se hundía tras impactar con un iceberg. El CQD "Come Quickly, Distress" (Vengan Rápido, Problemas)” enviado era tan angustiante que Rostron, capitán del Carpathia, no tuvo dudas de ello y cambió de rumbo, forzando las máquinas del barco hasta llegar a hacer 14 nudos. El Carpathia estaba en ruta paralela y en rumbo encontrándose a unas 58 millas de distancia hacia el sur de la posición del Titanic. Fue en ese momento cuando devolvió el mensaje, avisando que llegaría en el lapso de 4 horas al lugar.

No era el Carpathia el barco más cercano, ya que el SS Californian, un buque de transporte mixto estaba a menos de 10 millas de distancia y tenía al Titanic a la vista.
La razón para no intervenir fue que había desconectado el telégrafo debido entre otras razones al pésimo trato dado por el telegrafista Jack Philips, del Titanic, minutos antes del choque. Y también que su capitán, Stanley Lord, desestimó las muchas señales visuales luminosas enviadas por el barco condenado, sin tomar parte en el rescate.

"Radiotelegrafistas Phillips y Bride"


Ya era la 1:15 de la madrugada del lunes 15, cuando el agua empezó a alcanzar el nombre del Titanic en proa. Para esa hora ya se habían bajado siete botes salvavidas, pero con menos pasajeros de los que podían albergar. La inclinación de la cubierta comenzó a ser más pronunciada y las lanchas empezaron a ser cargadas con más pasajeros. Para la 1:30 surgieron los primeros signos de pánico, y hubo disparos entre el miedo y la confusión.

Mensajes de ayuda son enviados por Phillips entrando a una etapa de desesperación con transmisiones como “Nos estamos hundiendo rápido” y “No podemos durar más”. Con el reloj marcando la 1:40 am, muchos de los botes de proa han sido bajados y los pasajeros comienzan a moverse hacia el área de popa. J. Bruce Ismay abandona el barco en el bote “C” con 39 personas a bordo, el último barco de estribor en ser bajado. La cubierta delantera es totalmente invadida por el mar.

A las 2:05 el mar comienza a inundar la cubierta “A”, y la inclinación del Titanic es mayor, en estos momentos es cuando Smith ordena a los radiotelegrafistas Phillips y Bride dejar sus puestos. En su camino al puente Smith dice a los miembros de su tripulación “Sálvese cada hombre por sí mismo”.

La excitación y la confusión reinaron en los cientos de personas que quedaron en el Titanic cuando la popa comenzó a levantarse claramente del agua. Alrededor de las 2:17 la proa se iba hundiendo paulatinamente mientras cientos de pasajeros de segunda y tercera clase escuchaban oraciones del padre Thomas Byles reunidos en la cubierta posterior. Un minuto después un rugido enorme resonó con gravedad ya que todos los objetos movibles dentro del Titanic chocaron hacia la parte sumergida de la proa, las luces parpadearon una vez y después se apagaron, dejando al Titanic como una silueta negra contra un cielo estrellado, muchos atestiguaron que el casco se rompió entre la tercera y cuarta chimenea. El barco adoptó una posición completamente perpendicular y se mantuvo así por algunos minutos, pocos, porque a las 2:20 los restos comenzaron a deslizarse hacia el fondo del Atlántico a unos 13,000 pies de profundidad.

Los supervivientes que cayeron al agua lucharon y patalearon contra la succión. El ruido espantoso continuó por algún tiempo, llantos, gritos, poco a poco todo fue quedándose en silencio. Del total de 1.100 plazas disponibles en los botes, sólo se embarcaron 711 personas, dándosele preferencia a la primera y segunda clase, mujeres y niños principalmente. El 50% de la tercera clase pereció.

RESCATE


A las cuatro de la mañana llegó el Carpathia, hallando los infortunados botes salvavidas en medio de los témpanos. Sin poder hacer otra cosa ya que recoger a los supervivientes, logró rescatar a 706 pasajeros (uno fallecido) y además subió a bordo los botes del extinto buque. Iba a retirarse cuando el SS Californian al mando del capitán Stanley Lord apareció en el horizonte acudiendo al rescate tardíamente. Hacía tres horas que el Titanic reposaba en el fondo del océano.

J. Bruce Ismay manda entonces el siguiente mensaje a la White Star: “Profundamente lamento el hundimiento del Titanic, esta mañana después de chocar con un iceberg, resultando la perdida de muchas vidas, detalles completos después”.

Durante la travesía de vuelta a Nueva York, el Carpathia albergó a los pasajeros según su clase y mantuvo silencio telegráfico hasta llegar a destino, donde desembarcó pasajeros y botes del Titanic en medio de la mayor expectación periodística.


El hundimiento se saldó con 1.500 muertes aproximadamente, entre fallecidos por ahogamiento o hipotermia. Fue uno de los peores desastres marítimos en tiempos de paz de la historia y quizá el más famoso.

CONSECUENCIAS


A raíz de este accidente se convocó en 1913 en Londres la 1ª Convención sobre Seguridad de la vida en el mar, que adoptó en 1914 el primer Convenio internacional para la protección de la vida humana en el mar (SOLAS).
Uno de los sobrevivientes más vilipendiados y vituperados fue Bruce Ismay, quien al año se retiró de la White Star Line y se enclaustró en su casa hasta el día de su muerte en 1937, prohibiendo a los moradores tocar el tema en su presencia.
Otro de los perjudicados fue el capitán del Californian a quien se le trató de cobarde y negligente al ser el barco que estaba más cerca del Titanic y no haber hecho nada por intentar reconocer la procedencia de las bengalas blancas vistas por el vigía.

Después de la tragedia los reclamos comenzaron a llegar a las oficinas de White Star, estos incluían:

  • 3,364 bolsas de correo y entre 700 y 800 paquetes.
  • Un Automóvil Renault 35 Hp propiedad del pasajero William Carter.
  • Una Máquina de Mermelada propiedad de Edwina Trout.
  • Una Pintura de Blondel “La Circasienne Au Bain” propiedad de Hokan Björnström-Steffanson.
  • 7 Paquetes de Pergamino propiedad de Hersh L. Siebald.
  • 3 cajas con piezas antiguas del Museo de Denver.
  • 50 cajas de pasta de dientes para Park & Tilford.
  • 11 pacas de caucho del Banco Nacional de la Ciudad de Nueva York.
  • Ocho docenas de Pelotas de Tenis propiedad de R.F. Downey & Co.
  • Una Vajilla de porcelana china para Tiffany's.
  • 5 Pianos.
  • 30 cajas de Palos de Golf y raquetas de tenis propiedad de A.G. Spalding.
  • 4 cajas de Opio


LEYENDAS

-Una de las más famosas leyendas del Titanic es la relativa a su banda de música, ocho miembros dirigidos por Wallace Hartley, quienes fueron los encargados de que los pasajeros no perdieran la calma ni la esperanza.
La banda no dejó de tocar incluso cuando ya era seguro que el buque se hundiría. Su última canción pudo ser según testigos «Nearer, my God, to Thee» («Más cerca, oh Dios, de ti»). Ninguno de los integrantes sobrevivió al naufragio.
El cuerpo de Hartley fue uno de los que se recuperaron y pudieron ser identificados. Su funeral en Inglaterra contó con la presencia de miles de personas. A pesar de ser considerado como un héroe en su país, la naviera White Star Line le cobró a su familia por el coste de la pérdida de su uniforme.
-La pareja de millonarios compuesta por el Sr. y la Sra. George Vanderbilt decidieron no unirse al viaje en el último minuto. Sus sirvientes y equipaje ya estaban a bordo y se hundieron con el Titanic.

-William Thomas Stead, afamado periodista, fue uno de los que previó el naufragio del Titanic con meridiana claridad. De hecho, en uno de sus escritos de 1892, veinte años antes del suceso, describió la colisión de un gran buque con un témpano de hielo. En la desesperación del hundimiento los tripulantes del mismo fueron socorridos por el Majestic, un barco que realmente existía por aquellos días, y que surcaba los mares capitaneado, casualidad, por Edward Smith, a la sazón el primer y último capitán del Titanic. Stead falleció en el hundimiento el 15 de Abril de 1912. Su intuición no pareció evitar que su nombre apareciese en la lista de finados.

-Se dijo que cuando el agua llegaba ya a la cubierta, en la enorme y lujosa sala Luis XV, Thomas Andrews , ingeniero constructor del Titanic, aguardaba resignado el momento de su muerte, un enorme cuadro estaba en esa sala. En la base del mismo, una macabra predicción titulaba la obra de arte de la siguiente manera: El paso al Nuevo Mundo.

"Los músicos del Titanic"


CURIOSIDADES


En 1897, 14 años antes del naufragio del Titanic, un mediocre escritor de novelas llamado Morgan Robertson escribió una obra llamada “Futility” (Vanidad). Fue reeditada mas tarde en el año 1912, el mismo año de la tragedia con el nombre “The Wreck of the Titan” (El naufragio del Titán). Nada tendría de especial a no ser por las numerosas y acertadas coincidencias que se dan en este relato, si lo comparamos con el famoso naufragio del Titanic.

Sipnosis: "En el libro un buque llamado “Titán” es el más rápido, grandioso y seguro del planeta, provisto de la tecnología más avanzada del momento. Se construye expresamente para realizar la travesía del Atlántico norte a una velocidad desconocida hasta el momento y conseguir un nuevo récord. La compañía ha dado la orden expresa al capitán de navegar a toda máquina – a pesar de la niebla existente y la amenaza de accidente-, además el buque no dispone de botes salvavidas necesarios en caso de accidente, ya que lo consideran “insumergible”. Como no podía ser de otra forma, durante la travesía un pequeño navío es arrollado y partido en dos por el “Titán”. El capitán obedece órdenes y ordena seguir la marcha sin socorrer a los náufragos.
Continuando con su frenético viaje a toda velocidad, oye el grito del vigía “Hielo a la vista, iceberg a proa”, el capitán intenta una maniobra desesperada, pero ya es tarde… en unos minutos el “insumergible” se pierde en las profundidades del océano con miles de personas en su interior.
"

¿Precognición, suerte? ¿Robertson tuvo una visión del futuro?


EN LA ACTUALIDAD


El 1 de septiembre de 1985, el investigador Robert Ballard ubicó los restos sumergidos del Titanic. Provocando gran expectativa mundial descubrió que el Titanic no estaba entero, sino que estaba partido en dos, ratificando la versión del único superviviente en confirmarlo: Jack Thayer.

Gracias a la tecnología se pudieron rescatar muchos objetos pero surgió una enorme controversia de si era más valioso dejar los restos en su lugar histórico o rescatar los objetos para exhibirlos en museos o muestras itinerantes.

El Titanic se encuentra actualmente partido en dos secciones separadas entre si por unos 600 u 800 metros. La corrosión marina ha hecho sus efectos llenando de carámbanos de óxido cada espacio del navío, y la tumba que es en sí el barco, está muy oxidada y degradada.
La sección de popa está severamente dañada y es apenas reconocible, desarmándose y aplastándose con la fuerza del impacto. Falta una sección media del barco, de unos 104 m aproximadamente, que se cree está enterrado en el limo y cerca de esta sección.

La velocidad de corrosión pese a la escasa proporción de oxígeno en las frías aguas es preocupante.

Los investigadores asocian el mejor estado de la sección de proa a que esta «planeó» en el agua y se posó con relativa suavidad en el fondo.
Algunas expediciones han logrado introducir robots con cámaras en su interior y se han encontrado con que algunas instalaciones interiores como chimeneas en las habitaciones de lujo, cerámicas, pianos, sillas y catres aún son reconocibles, en especial las lámparas.
Alrededor de la sección de popa, hay un campo de escombros que contiene una gran cantidad de objetos: maletas, ollas, porcelanas y botellas están entremezcladas entre los hierros fantasmales de alrededor.
En el interior, las piezas de madera que subsisten son escasas y están en avanzado estado de descomposición. La idea original de reflotar el casco es absolutamente impracticable.

Al investigar la sección de proa, algunos exploradores creen haber encontrado la fisura provocada por el iceberg. Se ha aceptado que el témpano desprendió y soltó los remaches de las planchas del casco combándolas y permitiendo que el agua penetrara.
Algunos fragmentos del casco que han sido analizados han demostrado el por qué del naufragio: según los investigadores el acero empleado en la construcción contenía una alta proporción de azufre y fósforo, elementos que conferían a este acero una alta fragilidad al navegar por aguas muy frías.

Después de Ballard, los restos del Titanic han sido sistemáticamente saqueados.

Para acabar, aquí dejo este video homenaje a todas las victimas del Titanic, en especial a aquellas que trabajaron hasta el final con la esperanza de que al fin llegaran a un mundo mejor.


Fuentes: Wikipedia. PáginaWeb "El barco de los sueños". Google Imágenes.

2 comentarios:

Raquel dijo...

Cuando se tienta a la suerte ésta suele responder, y como en el caso del Titanic, a veces puede ser bastante perversa.

Ellos creyeron estar a salvo, porque nadie podría hundir un barco insumergible, pero el destino les demostró lo equivocados que estaban. Eso es lo que sigue fascinando de la historia del Titanic, la moraleja.


El hundimiento fue una lección de humildad para aquellos hombres que quisieron retar al destino y a dios, y que sin saberlo estaban construyendo sus propias tumbas.


¿Qué hubiéramos hecho si nos hubiéramos encontrado en la cubierta esa noche? Imposible responder a esa cuestión.

Uno no sabe cómo va a responder ante una tragedia. Como se dice en el video, el heroísmo y el valor son propios del individuo y no del grupo.

Creo que el instinto de supervivencia nos haría actuar para intentar salvar nuestra vida, pero también entran en juego otras cuestiones, como la familia.

Yo no hubiera sido capaz de subir en un bote y dejar atrás a mi padre, mi hermano, mi hijo…Pero tampoco hubiera podido aceptar volver al camarote para recibir al destino con los brazos abiertos.


Muy interesante la entrada, Ana.

Saludos :)

Ana Bohemia dijo...

Coincido contigo: no podría ser capaz de ponerme a salvo y olvidarme de las personas que quiero, ser testigo del peligro sin intervenir, pararme a ver como mueren.
En cuanto a que hubiéramos hecho de estar en esa situación es díficil responder. El heroismo es un rasgo del individuo, hay personas que saltan a ayudar a otros sin medir el peligro, sólo porque sienten que es un impulso que no pueden obviar. Hay otros que se lo piensan más, es complicado vencer el miedo, el shock, no es fácil ser un heroe. Puede que todos lo seamos, pero puede que unos hechos nos empujen mas a serlo que otros.
No se puede dar nada por hecho, siempre se tienen que medir los imprevistos, cuando no lo haces te topas con el efecto titanic, saí se llama. Quizás en honor a aquellos hombres que se confiaron demasiado de que habían construido el mejor barco, el barco insumergible.
Dios o el destino les quito la razón de una manera muy triste.
Saludos a ti por asomarte por aqui.
o o
vvv

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