miércoles, 13 de octubre de 2010

Es imposible no relacionar a Salem con la brujería o las brujas, pero ¿existieron? Es de suponer que si se celebraron juicios por brujería es porque existían las brujas en cuestión… ¿o no?
La apacible aldea de Salem, hoy estado de Massachussets, Estados Unidos, recibe curiosamente más de 800 000 visitantes por año. Y es que en el pequeño pueblo aún resuenan los ecos de uno de los episodios más curiosos y sangrientos en la historia de la intolerancia humana.


Los Juicios de Salem:

Los también llamados “infames” juicios de Salem por brujería, apuntan a un famoso episodio del período de colonización de los Estados Unidos ocurrido en 1692, en la aldea de Salem, en el que, como consecuencia de las luchas internas de las familias coloniales y del fanatismo puritano solapado de paranoia, fueron condenadas a muerte a veinticinco personas acusadas de brujería, en su mayoría mujeres, y se encarceló a un número mucho mayor.
El número de acusados por brujería en dichos juicios pudo variar de entre 150 a 200 e incluso un número mucho mayor si se consideran los casos de aprisionamiento.

Muchas teorías han intentado explicar por qué la comunidad de Salem explotó en ese delirio de brujas y perturbaciones demoníacas. La más difundida insiste en afirmar que los puritanos atravesaban un período de alucinaciones masivas e histeria provocadas por la religión. Otras teorías se apoyan en analizar hechos de maltrato de niños, adivinaciones invocando al maligno, ergotismo (intoxicación con pan de centeno fermentado que contiene elementos químicos similares al LSD), el complot de la familia Putnam para destruir a la familia rival Porter, y algunas otras aluden al tema del estrangulamiento social de la mujer.




Extremismo religioso, acusaciones falsas, fallos en el proceso, intromisión gubernamental en las libertades individuales…De cualquier manera este horrible acontecimiento ha sido usado enfáticamente en la política y la literatura popular como una advertencia real sobre los peligros de todo lo mencionado.



A pesar de ser generalmente conocido como "Los juicios de Salem", las audiencias preliminares en 1692 se llevaron a cabo en diversas ciudades de toda la provincia: la aldea de Salem, Ipswich, Andover y la ciudad de Salem.
Los juicios más conocidos tuvieron lugar en la ciudad de Salem, en 1692, donde más de ciento cincuenta personas fueron detenidas y encarceladas, sólo con acusaciones, sin embargo no llegaron a ser formalmente procesadas por el tribunal del condado. Al menos cinco de los acusados fallecieron en prisión y las veintiséis personas que fueron a juicio fueron condenadas ante este tribunal. Un rasgo particular de estos juicios fue que las denuncias de alucinaciones y contactos demoníacos surgieron entre un grupo de mujeres de la comunidad de Salem pero nunca se realizaron procedimientos serios para obtener pruebas de tales prácticas, sino que casi todas las acusaciones se basaban en rumores y chismes. Los propios jueces se dejaron llevar por la histeria religiosa de la comunidad de Salem, formada mayormente por puritanos, que exigía frenéticamente condenas a las presuntas brujas.

Los acontecimientos en los juicios tuvieron una profunda influencia en la región y pudieron contribuir al deterioro de la influencia de los puritanos en el gobierno de Nueva Inglaterra.

Salem, 1692


Dentro de la pequeña comunidad de Salem existía una estricta conducta religiosa, en la cual cada persona vigilaba a sus vecinos y a su vez era vigilada por éstos en sus palabras y acciones, generando dudas y sospechas en caso que su conducta no se ajustase a los parámetros religiosos puritanos. Las mujeres eran consideradas como individuos destinados a servir a sus esposos, y a carecer de mayores derechos, mientras los niños eran destinados a educarse severamente desde temprana edad en las labores de los adultos en vez de simplemente jugar. Otra preocupación fundamental de esta comunidad era evitar la "ira de Dios" y por tanto sujetarse estrictamente a los dictados religiosos del puritanismo para así evitar el castigo divino que se traducía en pérdida de cosechas, mal clima, y muerte de ganado.


A mediados de 1692, Betty Parrish y Abigail Williams, de 9 y 11 años, hija y sobrina respectivamente del reverendo de la comunidad, comenzaron a comportarse de manera extraña. Según testigos, se echaban a llorar sin motivo y se arrastraban por el suelo, o caminaban en cuatro patas, ladrando como perros. Las sospechas pronto recayeron en Tituba, la esclava antillana de la familia, quien tenía fama de poder leer el futuro.
Las actividades ejercidas por Tituba, criada del ministro-reverendo Samuel Parrish, para entretener a las niñas Betty y Elizabeth, y Abigail Williams (hijas y sobrina del reverendo), fueron mal vistas por el pequeño pueblo.
Tituba sabía leer la fortuna e impresionablemente la clara del huevo. Esta ultima consistía en echar agua y la clara de un huevo en un vaso de cristal que contuviera una vela encendida dentro, para poder ver la silueta del futuro esposo en el humo de la vela cuando esta se apagara. Según otras fuentes utilizadas para la investigación, sólo Tituba y la anciana Martha Corey eran las únicas capaces de realizar con exactitud este acto.
Según algunas crónicas otras muchachas también se comportaban de forma extraña, como por ejemplo, Ann Putman, de 12 años, quien declaró ante la corte que había peleado con una bruja que había intentado decapitarla.




Por aquel entonces, la brujería era considerada delito contra el estado y se penaba con la horca, pero quienes admitían sus prácticas demoníacas eran indultados.
Fue así como Tituba declaró que era una bruja, y que uno de sus espíritus había atacado con un cuchillo a Ann Putman intentando decapitarla. También (quizás apremiada por los jueces) dijo que ella no era la única bruja en Salem y acusó a las niñas Parrish de ejercer esta actividad.
Por otro lado las niñas Parrish declararon que obraban obligadas por Satanás, y que ellas podían reconocer a los que practicaban la brujería y de esta manera “ayudar“a los ministros a capturar a los “enemigos”.

Así que las niñas Parrish se dedicaron a acusar a todos a quienes ellas querían, incluyendo al esposo de Tituba, a quien acusaron de elaborar un pastel con harina de centeno y orina de niño.
Además de a Tituba, las niñas también culparon a otras mujeres por haberles inflingido tales "posesiones": Sara Good, una vagabunda sin hogar; y Sarah Osborne, una vieja y pobre mujer.
Las mujeres fueron llevadas a la presencia de los magistrados locales e interrogadas durante varios días. Las otras dos mujeres se declararon inocentes, pero Tituba confesó: "El Demonio vino a mí y me obligó a servirlo". Describió elaboradas imágenes de perros negros, gatos rojos, pájaros amarillos y un "hombre negro" que quería hacerla firmar un libro. Ella admitió haber firmado el libro, y dijo que había muchas otras brujas que intentaban destruir a los Puritanos. Las tres mujeres fueron encarceladas.




Así fue como se desató una cadena de acusaciones en pocos meses. Los cargos contra Martha Corey, un leal miembro de la Iglesia en la Villa de Salem, sorprendió terriblemente a la comunidad; si ella era un bruja, entonces cualquiera podría serlo. Los magistrados, incluso, interrogaron a la hija de Sarah Good, que sólo tenía cuatro años de edad. Los interrogatorios se volvieron más serios en el mes de abril, cuando el representante del gobernador, Thomas Danforth, y sus asistentes, acudieron a las audiencias.
Docenas de personas de Salem y de otras villas de Massachusetts fueron interrogadas.
El 27 de Mayo de 1692 el gobernador ordenó que se formara una corte especial. Para cuando la corte se estableció, en junio, el número de personas detenidas era de 62. A principios del mes, Sarah Osborne murió en prisión.
El primer caso que abordó la corte especial fue el de Bridget Bishop, una mujer vieja conocida por sus chismes y por su promiscuidad. Cuando le preguntaron si había practicado la brujería, Bishop respondió: "Soy tan inocente como un niño aún no nacido". La defensa no debió ser particularmente convincente, pues fue hallada culpable y el 10 de Junio se convirtió en la primera persona colgada en el lugar que después fue bautizado como "Gallows Hill", que se traduce como “las colinas del cadalso”.




Cinco días después, el respetado ministro Cotton Mather escribió una carta implorando que la corte no permitiera la "Evidencia Espectral" (testimonio basado en sueños y visiones). La corte, sin embargo, ignoró esta petición y cinco personas fueron colgadas en julio, cinco en agosto y ocho en septiembre.
El Gobernador Phipps, entonces, prohibió más arrestos, liberó a las brujas acusadas y disolvió la corte el 29 de Octubre. A partir de ahí sólo fueron condenadas otras tres personas quienes, posteriormente, fueron perdonadas por el gobernador. Sin embargo, el daño estaba hecho: En total, 19 personas fueron colgadas en Gallow Hills, una mujer fue aplastada entre pesadas piedras hasta su muerte, varios murieron en la cárcel y 200 fueron acusados de usar magia negra.



En una audiencia celebrada en marzo de 1963 se descubrieron muchas otras cosas: Tituba declaró sobre la existencia de un hombre alto de Boston, el cual fue identificado como John Proctor, quien poseía el libro sagrado. Un libro que contenía los nombres de todos los brujos y brujas que habitaban en Salem.
También se descubrió que Proctor había tenido un romance con Abigail Williams, cometiendo así adulterio contra su esposa, Elizabeth Proctor, quien fue acusada de brujería por Abigail antes del arresto de Proctor, aparentemente por celos.


Otro acusado fue Giles Corey, de 80 años, quien se negó a declarar cuando se le acusó a él y a su esposa, Martha Corey, de brujería. Murió aplastado con piedras por los guardias encargados de hacerlo hablar. A este brutal sistema se le conocía como “el detector de mentiras” y se utilizaba de la siguiente forma:
Se amarraba al acusado a cuatro postes a unos centímetros del suelo y se le iba haciendo preguntas, si este no contestaba se le colocaba una enorme y pesada loza de piedra sobre la espalda; mientras el acusado se siguiera negando a declarar se le seguiría agregando mas piedras. Si el acusado sobrevivía dos días a esta masacre se le consideraba inocente, pero como es de suponer nadie lo logró, lo que según los ministros demostraba que todos los acusados eran culpables.


Hechos y victimas:


En siete años fueron ejecutados siete hombres, y trece mujeres. Además doscientas personas fueron arrestadas. Otras doscientas más habían sido acusadas por las niñas Parrish. Nadie fue quemado en la hoguera como se cree.
Cuatro años después de los juicios de Salem, los jurados firmaron una confesión de error y suplicaron clemencia, esto causó un gran alboroto en la sociedad, pues fue la prueba de que muchas personas inocentes habían muerto sin razón.
Catorce años más tarde Ann Putman declaró que había obrado engañada por el diablo; debió creer que eso la exculpaba.


Algunas de las victimas:


George Burroughs: antiguo reverendo de Salem. Fue acusado de ser el jefe de las brujas y murió ahorcado.
Alice y Mary Parker: hermanas que practicaban los ritos con Abigail y las otras. Murieron ahorcadas el 22 de septiembre de 1692.
Elizabeth Proctor: esposa de John Proctor. Se encontraba embarazada en el momento que la apresaron, siendo acusada de ejercer la práctica de brujería. No fue ejecutada, pero fue sentenciada a cadena perpetua.
John Proctor: portador del libro sagrado e incentivador a practicar la hechicería. Cometió adulterio con Abigail Williams, y murió ahorcado.
Abigail Williams: sobrina del ministro Samuel Parrish y amante de Proctor. Fue condenada un 6 de septiembre.
Giles Corey: murió aplastado en el “detector de mentiras” por defender a su esposa y no declarar ante la corte.
Martha Corey: murió un 22 de septiembre. Era esposa de Giles Cory. Fue acusada de brujería y de enseñar a Tituba a leer la clara de huevo.


Tras los juicios y ejecuciones, muchos de los involucrados, como el juez Samuel Sewal, confesaron públicamente sus errores y su culpa. En 1702, la corte declaró que los juicios habían sido ilegales y en 1711 la colonia aprobó una propuesta para restaurar los "buenos nombres" de aquellos que habían sido acusados y dio 600 libras a los herederos de estos. Sin embargo, no fue sino hasta 1957 (más de 250 años después) que el estado de Massachusetts pidió formalmente disculpas por los hechos de 1692.


Lo que empezó como un juego de acusaciones y falsas denuncias marcó un punto muy importante en la historia. Muchos inocentes murieron como consecuencia del fervor y el fanatismo. Y para siempre se recordará a Salem como el hogar de unas brujas que nunca existieron.

Fuentes: lalanzadeldestino.com/lasbrujasdesalem. tecnoculto.com/los-juicios-de-las-brujas-de-salem. Wikipedia. Google imágenes.

4 comentarios:

இலை Bohemia இலை dijo...

Recientemente he visto "El Crisol" y bueno, me gustó bastante, no la recordaba muy bien. Es curioso como con una simple acusació te podían fastidiar la vida condenandote a la horca porque alguien por envidia o por locura te señalara....increible...

Buenísima y extensa entrada!!

Ana Bohemia dijo...

Nunca he visto esa pelí, recuerdo haber visto el trailer de cine pero supongo que no me llamó la atención, pero ahora si que tengo curiosidad. La verdad es que como dices es increible que con sólo ua acusación sin fundamentos pudiesen arruinar la vida de una persona inocente, lo peor es que luego iban de abanderados de dios, no creo que dios quisiese que en su nombre se cometiesen tantos atropellos y barbaridades.
Gracias por volver por aquí de vez en cuando. Es verdad que me quedo muy extensa la entrada, creo que tngo un problema, no sé resumir información (aunque lo intenté)
Un abrazo
:)

Raquel dijo...

Extensa pero muy interesante. leyendo toda esta información me queda claro que les bastaba con la palabra de unas niñas malintecionadas para acusar de brujeria. Me dan repelús esas niñas y sobre todo que el fanatismo de los puritanos les llevara a cometer barbaridades como estas.
Me ha gustado esta entrada.
Un beso.

Ana Bohemia dijo...

Las niñas eran malintencionadas, pero todos los adultos que dieron pábulo a sus acusaciones no se quedaron atras, al revés. Debe ser que la histeria se contagia fácilmente... uy, que miedo da esa época, ¿no?
Un beso
:)

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