viernes, 30 de septiembre de 2011

Por los pelos

¿Sabes que en otros tiempos se podía reconocer el estatus de una persona sólo por sus pelos? Bueno, en realidad en esto no hemos cambiado demasiado. Nuestro cabello es una parte muy importante de nuestra imagen, es mas que un complemento, es el mejor adorno… y el peor si no se sabe llevar bien arreglado.
¿Te apetece dar un paseo por la historia del peinado?  Allá vamos:


La dignidad y el estado social se podían apreciar por la longitud de los cabellos:

-Los cabellos largos los llevaban los que nacían libres, los nobles, los guerreros y los dioses.
-Los cabellos cortos los llevaban, sobre todo en las culturas romanas, los esclavos, los sirvientes y trabajadores, lo que proporcionaba a estos, mayor higiene.

Los egipcios. El cabello como un símbolo de estatus social:


En el Egipto antiguo la apariencia externa expresaba el estatus social de la persona, el rol en la sociedad y la posición política. Las pelucas jugaban un papel importante en esto: estas eran hechas artesanalmente con gran destreza y a menudo eran rociadas con polvo de oro.
Las mujeres solían lucir una melenita corta y cuadrada, era la moda del momento, un look apropiado para los extenuantes trabajos que realizaban. Quizás al estilo Cleopatra, el modelo del ideal femenino egipcio.
A los niños les afeitaban la cabeza totalmente con el fin de evitar los  piojos. Los niños de la nobleza también solían ir rasurados, a excepción de unos cuantos mechones. Las jovencísimas sirvientas nubias también llevaban estos mechones, aunque solían trenzarlos.
Los egipcios descubrieron las ventajas de la coloración artificial ya que descubrieron la utilidad de la henna, lo que les permitió obtener tonos rojizos y caobas.

Los celtas. El cabello como un símbolo de fuerza:


En el siglo octavo antes de Cristo, los celtas pre-románicos en el norte de Europa llevaban el cabello largo. En un hombre esto era la expresión de su fuerza, en una mujer era la expresión de su fertilidad. Hombres y mujeres llevaban mechones ornamentados o trenzaban su cabello y utilizaban joyería para mantener juntos los extremos de sus cabellos.

-Sansón perdió toda su fuerza cuando Dalila le cortó el pelo-

Un símbolo de la fuerza varonil es lo que representaba la larga melena de Sansón. Sansón era el líder de los israelitas y había sido escogido por Dios. Su larga cabellera, la cual nunca cortaba, le daba sus poderes sobrehumanos. La única persona que conocía su secreto era Dalila. Sin embargo, ella espiaba para el enemigo y lo traicionó. Una noche ella cortó su cabello y así lo despojó de su fuerza. Esta era la única forma en la cual él podía ser capturado por sus enemigos.

Los griegos. El cabello como una expresión de actitud:


En el periodo Clásico Griego el cabello rizado era la metáfora de la turbulencia, el cambio, la libertad y el disfrute de la vida. Los peinados tenían muchos detalles, de los que tenemos referencia gracias a las estatuas, que nos muestran mechones cortos que rodeaban la frente, o melenas largas recogidas y mucho, pero mucho movimiento.
Tintes: Las mujeres romanas sintieron un gran impacto cuando vieron a las cautivas que Julio César había traído de las Galias. Éstas poseían unos hermosos cabellos rubios, lo que pronto despertó la envidia de las romanas. Así que se empezaron a probar muchas maneras de aclarar el pelo, predominando el compuesto de sebo de cabra y ceniza de haya, a pesar de que no era demasiado saludable para el pelo castigado.
Durante el imperio romano los peinados fueron variando, (normal teniendo en cuenta la larga duración del imperio romano y la influencia que fue recibiendo al contacto con los diferentes pueblos que iba conquistando). De todas maneras, se pueden agrupar los más habituales como el cabello rodeando la cabeza, la melena con rulos y el cabello recogido y trenzado.

-La peligrosa melena de Medusa-

El cabello también puede ser una maldición. Medusa, una figura de la mitología griega, era una mujer hermosa, quien fue seducida por Poseidón en uno de los templos de Atenea. Ella convirtió a Medusa en una Gorgona y su característica más bella, los rizos, los convirtió en serpientes. Todos los hombres que la veían se convertían en piedra.

Siglos de peinados:


*Edad Media: El peinado era simple, las mujeres se limitaban a usar una sencilla raya al medio, con trenzas -muchas veces postizas- que rodeaban sus cabezas. No se buscaba demasiado el cambio en el color del pelo porque no estaba muy bien visto. Además, existía la costumbre de usar túnicas que cubrían totalmente la cabeza, lo que también impidió un desarrollo considerable de la peluquería en esa época.


*Renacimiento: Las cabelleras femeninas comienzan a ser el centro de la creatividad de los peluqueros que “juegan” con ella con peinados mucho más sofisticados y numerosos accesorios: redecillas, coronas, trenzas postizas, joyas entrelazadas.
El gusto por el pelo rojo, se extiende sorprendentemente fuera de Italia. Para conseguir ese tono se realizaban mezclas de sulfuro negro, miel y alumbre. Luego, los cabellos eran expuestos al sol para que actuara la mezcla sobre los mismos.


*El barroco: Este es sin duda la época de las pelucas. Su aparición fue fomentada por Luis XIV de Francia, que deseaba ocultar su calva, pero la moda se extendió rápido por la Europa continental.
En pelucas y peinados se reflejaron los gustos estéticos del momento: monumentalidad, expresividad, y una espectacular y recargada riqueza decorativa. Se añadían joyas, gasas, plumas, flores, cintas y elementos inimaginables, de manera que una peluca podía llegar a ser la maqueta de un castillo o de un barco. A más espectacularidad, mayor prestigio se ganaba socialmente, de manera que esta suerte de peinados obligó a muchas damas a agacharse para entrar en las carrozas.
Sin embargo, en este periodo la higiene no se consideraba una facultad indispensable,  la idea de que la limpieza evitaba enfermedades aún no se había extendido, así que no es difícil imaginar que los recargados peinados y las voluminosas pelucas estarían llenas de piojos, o, como mínimo, verdaderamente grasientas.
El rizo y los tirabuzones triunfaron definitivamente en la época del rococó. Y por primera vez empezaron a crearse de manera artificial, mediante palos cilíndricos que luego se sometían al calor de hornos de panadería o incluso, fraguas. La técnica perduró y, siglos más tarde, en ella se basaron las primeras permanentes en caliente.
Con la llegada de la Revolución Francesa, llegó la sencillez y la comodidad a las que las clases bajas nunca habían renunciado. Las pelucas desaparecieron por completo y volvió el gusto por el pelo natural.


*1900-1930: Fue el tiempo de cortar por lo sano. Era lo mas osado y moderno, se llevaba la melena corta. Con la incorporación de las mujeres al trabajo, éstas habían dejado de peinarse solamente para arreglarse y habían empezado a buscar la comodidad. Lógicamente para lograr esto se cortaron el pelo como un hombre: surgió el estilo garçon. Inicialmente hubo quien consideró que el pelo corto femenino sería una moda pasajera, pero realmente se convirtió en una opción más, y una opción que siempre ha seguido ligada a las mujeres emprendedoras, atrevidas, independientes y modernas.
En estos emocionantes años de principios de siglo otro invento revolucionó la peluquería: de la mano de Carlos Nessler apareció la permanente en caliente, y los rizos ‘artificiales’ causaron furor durante décadas y en diversas formas y estilos.


*1930-1960: Melenas rubias y onduladas, era lo que se llevaba, aunque no todo eran cascadas de cabello cayendo encima de los hombros. Enormes peinados con volumen eran habituales en las calles, y para que el trabajo de las peluquerías aguantase hubo un boom de fijadores, fueron los años de mayor auge de lacas. Cualquier mujer que se preciara debía visitar el salón de belleza por lo menos una vez a la semana.
Las medias melenas con puntas graciosamente inclinadas hacia fuera o las melenitas cortas con mucho volumen eran la tónica predominante.
Los hombres usaban el mítico tupé de Elvis, que gracias a la fuerte gomina (entonces brillantina) aguantaba lo que hiciera falta. Anteriormente  era el pelo corto de estilo militar lo que más se había llevado, cómodo y práctico, el look se popularizó especialmente durante la guerra y la posguerra. En las grandes ciudades se completaba gracias también a la brillantina, usada en este caso para que ningún pelo se despegara de la posición exacta en la que el peine lo dejaba.



*1960-1980: En los años 60 y 70 se vive una auténtica revolución, el peinado se convierte en una de las señas de identidad de cada persona.
En los años sesenta el pelo empezó a verse como un signo de liberación, las mujeres expresaban a sí su derecho de igualdad llevando un peinado simple, recto y corto, pero sin descuidar la feminidad.
Los seguidores del movimiento ‘beat’ imitarán a ‘The Beatles’ con sus melenitas y flequillos demasiados largos para lo que el público masculino estaba acostumbrado.
El movimiento hippie propulsaría una moda “anti-peluquería”: pelo descuidado, largo y caído de la manera más natural posible. También se llevaron los rizos exagerados a lo ‘Jackson Five’ y el peinado de ‘corte de paje”.
En los 70 la auténtica revolución será el glam, con David Bowie en cabeza, quien propulsó el mullet (flequillo muy corto y pelo más largo en la nuca) que llegó a evolucionar hasta límites insospechados con el movimiento punk que construyó altas crestas de colores estridentes sobre una base de mullet. También en los 70 escandalizaban los rastas al mas puro estilo Bob Marley  y que triunfaron inicialmente entre el público afro-americano.


*1980-2000: Es la época en la que los estilistas empiezan a ‘proponer’ determinadas pautas de moda, pero sin imponerlas. Cada persona podrá seguir la tendencia que mejor se adapte a sus gustos: color, textura, medida del cabello, todo al gusto del consumidor.
En los ochenta surgió el movimiento Punk y el cabello empezó a verse como un símbolo de oposición. El movimiento de protesta punk utilizó el cabello como un símbolo de desaprobación del “estilo de vida burgués” al llevar un corte de cabello provocador y el cabello pintado de una manera chocante.
En esta época también se llevaron los cabellos ligeramente ondulados y con mechas. Mientras que en los noventa triunfaron los desfilados, los escalados y finalmente las extensiones.

Hoy día nuestro cabello mantiene su importancia como un símbolo de expresión, poder, juventud, vitalidad y salud, así que es importante cuidarlo bien.



Fuentes: Modapanama.com/historia-del-peinado. Pantogar.com/ hair history. Goear. Google imágenes.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Que manía la tuya…

¿Vuelves a tu casa cinco veces para ver si cerraste bien la puerta? ¿Aprietas un tornillo y le sigues dando, aunque ya sabes que esta bien apretado? ¿Vas por la calle mirando hacia abajo pisando sólo sobre las líneas de las baldosas o cruzas tratando de pisar sólo las franjas blancas del paso de peatón? ¿Te gusta memorizar las matrículas de los coches? ¿O contar filas de butacas? ¿Nunca acabas de ver limpia la mesa que has enjabonado, frotado, rascado y limpiado durante veinte minutos sin descansar? ¿Te gusta volver una y otra vez a tu casa para comprobar si los grifos gotean, te has dejado la plancha enchufada o ver si la luz está apagada?

No te preocupes todos tenemos manías

Bueno yo no, ¡que va!, salvo quizá una: siempre que tengo que madrugar pongo el despertador quince minutos antes de la hora adecuada, pero no para levantarme, sino para estar todo ese tiempo mentalizándome de que tengo que salir de la cama… ¡hace tanto frío!, da igual el mes… Ah, ¡se me olvidaba!, también me santiguo cuando salgo de casa o voy a conducir. Bueno…lo reconozco,  me gusta levantarme con el pie izquierdo, si el izquierdo, y ponerme los zapatos por ese orden. Espera, tampoco me gusta coger un ascensor… sólo si es necesario. Cuando almuerzo me gusta mantener un trozo de pan en la mano con la que no sostengo el tenedor. Vale, confieso, siempre que veo a un pelirrojo me toco un botón y jamás paso por debajo de una escalera. No me gustan los posters, me parece que me miran… Y a la hora de irme a dormir no me gusta ver la puerta del armario abierta. Quizás ya te has percatado, pero… cuando dejo una entrada programada intento que la hora de la publicación sea capicúa, ¿qué porque? ¡Yo que sé!, manías…
…¿Y tú?, No me digas que no tienes ninguna, yo he confesado las mías, venga, salva el temor a que te tachen de loc@ maniátic@ y desembucha, ¡total!, ¿qué puedes perder, el respeto de los que te leen?...



Vale tengo que decir que quizá he exagerado un poquito, tampoco son manías que me lleven por la calle de la amargura, pero ¿sabes que algunas pequeñas manías llevadas al extremo pueden convertirse en un problema serio para quien los sufre y para su relación con quienes le rodean?
Pues sí, de ser sólo algo inocente y rutinario se puede pasar a estar sometido a dichas conductas compulsivas, es decir, a sentir una necesidad imperiosa de realizar una acción más allá de la propia voluntad.
La persona puede sentirse esclava de sus manías lo que puede llegar a ser bastante angustiante. Pero, ¿por qué esa persona se ha convertido en un ser maniático?
Pues en algunos casos se debe a una personalidad obsesiva, o a otros motivos inconscientes o hábitos culturales aprendidos, pero la mayor parte de las veces no se llega a saber por qué se padecen.
Ningún maniátic@ sabrá responderte porque lo hace, sólo que cumpliendo su rito logra calmar su ansiedad.


Una de las manías mas comunes es la que está relacionada con el orden y la limpieza (conozco a alguien así, jeje, y tiene sus ventajas verlo todo siempre impecable, pero también sus inconvenientes, es como vivir con una Doña Proper que nunca se va de vacaciones). Estas personas tienen la necesidad de que todo este siempre en su sitio y perfectamente colocado.
¿Recuerdas a Mónica Geller de la serie "Friends? Pues tenía un serio problema: ¡era limpiadora compulsiva!


Después hay otros casos mas graves, como por ejemplo una preocupación irracional por la salud, temiendo enfermar si se le da la mano a alguien o se toca algo que haya sido usado por otra persona.


Sólo cuando se observe una conducta irracional o compulsiva es cuando hay que preocuparse, porque posiblemente esa persona padezca una manía patológica.
¿Cómo lo podemos reconocer? Lo mejor es siempre consultar a un profesional, pero podemos hacernos una idea si:  

•Hay una preocupación excesiva por los detalles, normas, listas, orden, organización u horarios hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad.
•Hay un alto grado de perfeccionismo o se es incapaz de acabar un proyecto porque no cumple sus propias exigencias.
•Hay una excesiva dedicación al trabajo y a la productividad.
•Hay gran terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas de moral, ética o valores.
•Hay cierta incapacidad de tirar objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental.
•Hay recelo a delegar tareas o trabajos en otros, a no ser que éstos se sometan a su manera de hacer las cosas.
•Hay parquedad en los gastos propios y ajenos; el dinero se considera como algo que hay que acumular en previsión de catástrofes futuras.
•Hay rigidez y obstinación de carácter.


Algunos ejemplos de maniátic@s famosos:

•Roberto Carlos: Sorprendió a los organizadores de un show que debía compartir con Luciano Pavarotti solicitando que en el trayecto hasta el estadio donde actuaba su coche no pasara frente a un cementerio ni girase a la izquierda en ningún momento.
Mstislav Rostropovich: Pidió permiso para ensayar en la cocina del hotel en el que se hospedaba pues decía que se inspiraba con los aromas refinados.
• Jean Paul Gaultier: Corrió el rumor de que el diseñador de moda francés tomaba al día alrededor de 60 zumos, ¡la de veces que tendrá que ir al baño este hombre…!
•Raymundo Amador: Dicen que el guitarrista y cantante español se pone de los nervios cuando ve las fundas de las guitarras abiertas, no lo puede soportar.
•Antonio Gala: Al parecer el escritor español cree fervientemente en eso de “tocar madera” es por ello que siempre lleva bastones hechos de madera.


Fuentes: Revista.consumer.es/web/es. 20minutos.es/los-10-famosos-con-manias-raras Susmanias.com. Google imágenes.

lunes, 26 de septiembre de 2011

En la carretera, el rollo mecanografiado original

Con la publicación del rollo original, la gesta viajera y existencial de En la carretera se vuelve autobiográfica de pleno derecho y a plena luz del día. Y el relato adquiere toda su potencia narrativa. En él –todo un clásico de la literatura norteamericana, un texto «de culto»–, la obra original se libera de la poda editorial a la que ha sido sometida hasta hoy y recupera toda su colosal envergadura. Seguimos a Kerouac y a Neal Cassady –el gran buscón, el «santo», el pecador contumaz y pletórico de carisma que roba protagonismo al autor en este viaje iniciático– y a toda la cáfila que desfila por estas páginas en toda su desnudez y penuria. El lector siente los anhelos, la desolación, el éxtasis, el alcohol, la hierba, el sexo, el jazz, la época prosaica y adormilada contra la cual gritan; tiene en sus manos una suerte de manifiesto de la beat generation, que tanta épica ha aportado a la literatura, el cine y la música del mundo occidental contemporáneo. La sed vital insatisfecha, la búsqueda de horizontes de sentido, de dicha y de conocimiento y los atisbos místicos se estrellan inexorablemente contra una realidad inhóspita y desesperanzada. El lector encontrará en “En la carretera” un vívido compendio de los grandes temas y, al mismo tiempo, una apasionante aventura humana y una metáfora de la existencia.

Jean-Louis Kerouac (1922-1969) novelista y poeta estadounidense, es considerado uno de los autores estadounidenses más importantes del siglo XX; la comunidad beat le reconoce como el "King of the Beats". Su estilo ritmado e inmediato, denominado por él mismo como "prosa espontánea", ha inspirado a numerosos artistas y escritores, entre los que destaca el cantautor Bob Dylan.
Las obras más conocidas de Kerouac son:
En el camino (On the Road), considerado el manifiesto de la beat generation, Los vagabundos del Dharma, Big Sur o El viajero solitario, y narran de manera ficcional los viajes del autor a través de Estados Unidos.


En el camino es una novela en parte autobiográfica escrita como un monólogo interior y está basada en los viajes que Kerouac y sus amigos hicieron por los Estados Unidos y México entre 1947 y 1950. La novela contribuyó a la mitificación de la ruta 66. El jazz, la poesía y las drogas son claramente la inspiración de este escrito, uno de los clásicos más influyentes del siglo XX que aún hoy se sigue reeditando a un ritmo de 100.000 copias anuales.
En el camino fue escrita en sólo tres semanas y fue mecanografiada sin márgenes ni párrafos diferenciados en un largo rollo de papel al que Kerouac llamaba simplemente el rollo. Un rollo artesanal  que realizó uniendo ocho tramos de largura diversa, en total 36 metros de papel de calco recortados longitudinalmente para que entraran en el carro de la máquina de escribir  y pegados entre si, escrito a un espacio y sin un solo punto y a parte.


EN LA CARRETERA
Jack Kerouac

(…)En ese momento, además, se parecía tanto a Franklin Delano Roosevelt —un delirio de mis ojos llameantes y de mi alma flotante— que me incorporé del asiento y con un grito ahogado de asombro, vi corrientes de oro fluyendo por el cielo, y sentí a Dios en la luz de las calles soleadas y ardientes, justo fuera del coche. Miré por la ventanilla y vi a una mujer en una puerta y pensé que estaba escuchando cada palabra de lo que decíamos y que asentía para sus adentros… Eran visiones paranoicas propias de la marihuana. Pero las corrientes de oro persistían. Durante largo rato perdí la conciencia de lo que estábamos haciendo, y sólo volví en mí poco después… (…)

Leer “En la carretera” no resulta fácil. La escritura frenética y desbocada de Kerouac deja sin resuello, y puede chocar al principio, pues casi no hay tiempo para el respiro. Resulta como si oyeras a un viejo amigo medio chalado divagar toda la noche sin parar, un amigo que tiene cuerda para rato y al que no puedes callar… pero tampoco quieres pues sus aventuras te atrapan, a pesar de que te dejen agotada.
Sus noches locas, sus sesiones de jazz, sus aventuras  y sus desfases (sexo, drogas, alcohol, mujeres) son como visiones que te llegan a través de oleadas, y esas oleadas llevan una carga poética y extraña que te estimulan. Si, un relato lleno de fuerza y repleta de atisbos místicos que pueden estimular a cualquier escritor, o a cualquiera que este en ello, pues te dan ganas de dejarte llevar igual que Keouac, de escribir sin parar ni un segundo, recordando y plasmando.
Me ha gustado ese enaltecimiento casi fanático de la amistad, la amistad peligrosa que te conduce por el mal camino, de esa que te trasforma y te convierte en lo que no eres pero que muy en el fondo si eres, un vagabundo inocente amante de la libertad, un ser sin preocupaciones ni limitaciones, que vive su vida o la va quemando, pero que disfruta de cada instante, de cada paisaje y de cada amanecer en la carretera.
Me ha gustado especialmente el pasaje en el que habla del paisaje mexicano, sus palabras me han inspirado. Recomendado.

(…)¿Qué sientes cuando te alejas en coche de una gente que va empequeñeciendo en la llanura, a tu espalda, hasta que apenas puedes distinguir unos cuantos puntos dispersos en la lejanía? El mundo demasiado enorme que nos abarca, y el adiós. Pero nos inclinamos hacia delante, hacia el siguiente empeño loco bajo el cielo. (…)

¡Feliz Lectura!

Fuentes: Anagrama-ed.es. Thekankel.blogspot.com/en-la-carretera-el-rollo-mecanografiado. Casadellibro.com. Blog.metropolislibros.com. Wikipedia. Google imágenes.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Guau, guau, guau!!

Nunca han respondido a mis preguntas pero yo hablo con ellos, a veces me miran como si comprendieran y si es necesario hasta me consuelan.  
Me gustan los perros, tengo tres, y ya no son mascotas… son amigos, cercanos confidentes y excelentes terapeutas.
¡Cómo me gustaría hablar con ellos de verdad! Cuanto daría por saber lo que dicen, por entenderles y que me entendiesen.
Un día mi perro me habló… ¡en serio!, dijo: A-GUA. ¿Tendría ganas de beber? O ¿querría decir otra cosa?
En vez de ir por ahí adivinando decidí leer algo sobre los perros. En el texto que encontré aconsejaban observar sus reacciones. ¿Qué le sucede, que quiere transmitir con tanta insistencia o qué es aquello que está ocultando? Prometían resolver estas cuestiones así que leí con atención, me lo tomé con un cursillo de idiomas, idioma Canino para ser exactos. Interesante, ¿eh?... (Quizás no):

Conocer a tu perro, lección 1:

-¿Qué significa esa forma de ladrar?-

La potencia del ladrido, una valiosa fuente de información:

-Los tonos bajos representan amenazas, principio de ataque e, incluso, rabia.
Pero había un apartado que decía: * Hay que considerar el tipo de actividad.  
(Si está jugando, un ladrido bajo podría ser síntoma de diversión, y si es agudo y corto significa que está concentrado).
-Los tonos altos intuyen situaciones de dolor, miedo o, incluso, alegría (como cuando adoptan un tono casi "cantarín")

Para entenderlo, el perro emplea el tono de manera similar al hombre:
Nosotros utilizamos un timbre bajo cuando estamos tristes, sonoro en los enojos y alto cuando se expresa dicha o algún otro sentimiento de satisfacción.

Frecuencia y duración de los ladridos:

-Si estos son largos y distanciados entre sí, lo más probable es que el can esté loco por ponerse a jugar; y si además esta actitud va acompañada de movimientos rápidos o pequeñas carreras, no hay duda, necesita salir a la calle.
-Por el contrario, si los ladridos son rápidos y continuados, es posible que intente comunicar su preocupación y nerviosismo.

Suspiros; decepción o placer:

Cuando el aire se expulsa con los ojos abiertos, el perro está manifestando su decepción: algo que él estaba seguro de que iba a ocurrir, no ha sucedido. (¡Cómo se parecen a nosotros!, ¿eh?)
Si, por el contrario, el animal entrecierra los ojos, su estado es de total felicidad: todo lo que lo rodea le produce placer.

Rugidos y poder:

El rugido es el lenguaje de los ejemplares de caza, que así demuestran su poderío y seguridad. Es difícil que un perro de compañía los emita, aunque no es imposible. Si el rugido va acompañado de aullidos, el animal está diciendo algo así como "aquí estoy". Los canes muy mimados que se enfrentan a una situación de disgusto intentan, de esta forma, salirse con la suya.

Supuestos prácticos para reconocer situaciones:

Apartado “Ladridos”:

-Tu perro viene a saludarte: aparte de correr hacía ti loco de contento, moviendo la cola, y tratando de derribarte sólo para darte un abrazo, tu perro emitirá 1 o 2 ladridos, agudos y breves, pronunciados en un tono intermedio.
-Tu perro parece alerta: esta situación provocará en él modulaciones continuadas y rápidas, siempre en un tono intermedio. De esta forma anuncian que algo o alguien desconocido se acerca a su territorio.
-Tu perro parece decir, "¿Quién anda ahí?": Los ladridos que se interrumpen, con intervalos más o menos largos entre uno y otro, significan que el animal quiere averiguar quién o qué está merodeando por su lado.
-Tu perro parece decir "¡Se acabó!": Cuando un can quiere poner fin a una situación que le desagrada, modula un ladrido agudo y muy breve. En ocasiones también es un imperativo: "Necesito salir a la calle" o "me muero de hambre".
-Tu perro parece decir "Tengo miedo": los perros sólo conocen una forma para expresar temor o inseguridad, y ésta consiste en emitir gruñidos irregulares que van variando la intensidad.
-Tu perro parece decir "Apártate de mi lado": un perro enfadado que quiere lanzar una advertencia a su contrario emitirá un gruñido suave y constante. Según va subiendo la frecuencia, aumenta la amenaza hasta llegar a un gruñido sonoro, con colmillos descubiertos y actitud amenazante,  ¡el combate va a empezar!

Apartado “Aullidos y gemidos”:

-¡Cómo me duele!: si a un perro le pisan el rabo, emitirá un aullido alto y muy breve, equivalente al ¡ay!, humano. Es la respuesta a un dolor que le ha llegado por sorpresa. También puede expresar que se muere de miedo, sólo que esta vez irá acompañado de actitudes temerosas (encogimiento, rabo oculto...)
-¡Quiero jugar!: cuando los aullidos son repetitivos, entrecortados y se emiten en un tono ascendente, el perro intenta llamar la atención del amo para que éste se una a la diversión.
-Gemidos que dan pena: gestos lastimeros y ojos caídos. Es el lenguaje propio de los cachorros y, en realidad, tiene un único sonido y tres interpretaciones: hambre, frío o miedo.
Pero había un apartado que decía: *Para averiguar qué sucede, es necesario apoyarse en factores externos.
(Bajas temperaturas, estado de soledad... Si el que gime es un perro adulto lo más probable es que esté desando jugar o que tenga necesidad de salir a la calle)

Después del cursillo acelerado de lenguaje canino aún tenía mis dudas respecto a aquel A-GUA, así que decidí que mi perrito me estaba hablando en clave. “A” podía ser de Ana, y “GUA” de esa expresión tan canaria nuestra, así que uniéndolo sólo podía tener una interpretación: “Guas Ana, ¿por qué me has robado mi sitio?” Claro, me había sentado en su lado del sofá.

Hay otros que nos lo ponen más fáciles, como este, mira….


Mis tres peluchitos nunca me han dicho “I love you” pero yo siempre les entiendo cuando me dicen “Te quiero”. ¿Por qué será?



Perdón por la calidad de los dibus, pero son fotos de algunas libretas
Fuentes: Enbuenasmanos.com/artículos. Youtube. Google imágenes.


jueves, 22 de septiembre de 2011

#Atención, pregunta # 9



¿Por qué se oye el mar en las caracolas?


No hay presente: todos los caminos son recuerdos o preguntas.
Miquel Martí i Pol

Eso era lo que quedaba del verano, una estantería llena de recuerdos, ofrendas arrojadas por las olas y rescatadas de la arena por mí. Mis pequeños trofeos…
Ordenaba mi colección de conchas y caracolas con cierta melancolía, evocando el momento exacto en que las recogí; y como las desenterré de la arena negra y como después mis huellas delatoras fueron barridas por una estela de espuma blanca, olas lejanas que morían besando la playa, ¡dulce y triste beso aquel! El agua era caliente en mis recuerdos, y no sé porque siendo así, sentía ahora la piel de gallina, ¿sería quizás por saber que todo aquello ya quedaba en el ayer? Tal vez… quizás por eso, inevitablemente, alcancé una caracola y pensativa me la acerqué a la oreja. Debí haber hablado en voz alta y sin pensar, porque luego de un rato le oí decir a él…

“En realidad no se oye el mar, pero lo que sucede es que el cerebro crea una sensación nacida de una ilusión acústica, así que nos engaña.
¿Sabes? Para que surja el efecto no hace falta una caracola, vale un vaso de cristal, pero no vale un zapato… Lo que necesitamos es un objeto de tamaño mediano, semicerrado y rígido.  Y así el sonido se propaga por medio de ondas y cuando estas chocan con los objetos, la onda se divide en tres: una onda traspasa el objeto, otra onda hace vibrar el objeto al quedar atrapada en él y por último una onda sale rebotada y continua en el exterior del objeto. Las dos primeras ondas harán que el objeto semicerrado, tocando nuestra oreja, se comporte como un amplificador. La pequeña amplificación, que se produce en nuestra caracola, es producto de la resonancia.”

Sacudí la cabeza dejando cuidadosamente la caracola en la estantería, dándole la espalda. No dije nada, sólo me acerqué a la ventana para mirar nostálgicamente como atardecía. Bueno, quizás susurré algo…
-Tú si que sabes como quitarle encanto a las cosas.
Desconozco si me oyó, sólo sé que después de un rato me di cuenta de que el Científico seguía ahí, bajo el marco de la puerta, absorto como yo en la descacharrada música que salía de la pequeña cajita de música que estaba en la mesa. Había cierta expresión abatida en sus ojos, lo que me hizo sentir un poco culpable, ¡éramos siempre tan ásperos el uno con el otro!
-Perdóname, es que hoy me siento nostálgica.
Él sonrió tímidamente y dijo:
-No, perdóname tú a mí, a veces comprendo la poca sensibilidad que tengo…
Se acercó hasta la ventana y tomando un cojín se sentó a mi lado, codo con codo. Juntos observamos en silencio como se despedía el sol en el último atardecer del verano.




Fuentes: Acusticaweb.com/blog/curiosidades/165-ipor-que-oye-el-mar-en-las-caracolas. Goear. Google imágenes.
Ilustración de Antonio Cazorla.

miércoles, 21 de septiembre de 2011


Despedirse del verano no podía ser tan difícil como pensaba, sólo tenía que cerrar los ojos, apretar fuerte y contar hasta tres…
Uno…
Dos…

Y tres…


Entonces abriría los ojos y todo habría pasado, habría quedado en el ayer... Pero no fue así, no como esperaba. Pestañeó repetidas veces, una y otra vez. No importaba que la estación ya hubiera quedado atrás, no era un recuerdo, era una sensación, la que sentía aún en su retina, la que deslumbraba sus ojos y hería su vista…porque estos se delataban y ellos, -no podían negarlo- seguían conservando el cálido brillo del verano.


Canción: Kakade-Eyes.

lunes, 19 de septiembre de 2011



Desde los poblados de la edad de piedra, cerca del oasis de Kebili, hasta los escenarios en donde se rodó parte de La guerra de las galaxias en Matmata, sus paisajes, exuberantes o lunares, han visto más acción que todos los países de África juntos. Ya sea la mezcla cultural franco-árabe de la capital o la inabarcable extensión del Sahara, lo que se encuentra en Túnez impresiona. Al fin y al cabo, tres mil años de historia convencen a cualquier visitante.


Túnez, cuyo nombre oficial es República Tunecina, es un país situado al norte de la costa mediterránea africana, cuya capital es Túnez. Es el país más pequeño del Magreb, ubicado entre las estribaciones orientales de la cordillera montañosa del Atlas y el mar Mediterráneo. La superficie de Túnez es de 165.000 km², con una población estimada en 10,3 millones de habitantes. Aproximadamente el 40% de este país está compuesto por el desierto del Sahara, mientras que el resto es suelo fértil y adecuado para la agricultura; además, tiene 1.300 km de costa. Limita con Argelia al oeste y Libia al sur este.


Que ver en Túnez:


-La Medina-

La medina es el núcleo histórico y cultural de la moderna Túnez. Construida durante el siglo VII, perdió su privilegio como centro de la capital cuando los franceses tomaron el poder y erigieron su ville nouvelle hacia finales del siglo XIX. Uno de los lugares de interés más antiguos de la medina, la mezquita de Zitouna, fue reconstruido en el siglo IX sobre la estructura original del siglo VII. Sus constructores reciclaron doscientas columnas de las ruinas de la Cartago romana para la sala de plegarias central. Los no musulmanes vestidos con recato pueden entrar hasta el patio. El olfato ayudará a traducir el nombre del cercano Souq el-Attarine, el zoco del perfumista, donde las tiendas se surten de aromáticos aceites y especias. Al Oeste, la mezquita de Youssef Dey fue la primera de estilo otomano que se construyó en la ciudad (1616). En el cercano Souq el-Berka los corsarios musulmanes vendían a los esclavos.


La medina fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.
Las calles de la ville nouvelle están flanqueadas por edificios de impronta francesa repletos de verjas de hierro forjado y ventanas de lamas. Tras admirar la arquitectura colonial, merece la pena visitar la catedral de St Vincent de Paul,  que presenta una amalgama extraordinariamente estrambótica de estilos arquitectónicos (gótico, bizantino y norteafricano).
A unos 4 km al oeste del centro de la ciudad se ubica el indispensable Museo del Bardo, instalado en el antiguo Palacio del Bardo, la residencia oficial de los beys husseinitas.


-Cartago-

A pesar de la fascinante historia de Cartago y la posición de dominio que mantuvo en el mundo antiguo, los romanos hicieron tal trabajo de demolición que las ruinas actuales son algo decepcionantes. Casi todo lo que queda es de origen romano; ningún resto púnico. Hay seis centros de interés, pero están dispersos y muy distantes unos de otros.
El mejor punto de partida es la colina de Byrsa, que domina la zona y proporciona una perspectiva general desde su cima. A sus pies se encuentra la catedral de St Louis, visible desde algunos kilómetros a la redonda. Es una construcción de proporciones descomunales, que fue erigida por los franceses en 1890. El Museo Nacional es el gran edificio blanco ubicado en la parte posterior de la catedral, y sus exposiciones, renovadas, merecen un vistazo. La muestra púnica, en la planta superior, es muy recomendable.
El anfiteatro romano en la parte occidental de Byrsa, (a 15 minutos andando) fue uno de los más grandes del Imperio. La mayoría de sus piedras fueron extraídas para otros proyectos de construcción en siglos posteriores. El conjunto de enormes cisternas situado al noreste del anfiteatro constituía el principal suministro de agua de Cartago durante la era romana; ahora se hallan en ruinas y las dificultades de acceso, entre espinosas chumberas, hacen que apenas merezca el esfuerzo.
Las termas de Antonino se localizan al Sur, en el frente marítimo, e impresionan básicamente por su tamaño y situación.


-Sidi Bou Saïd-

Este encalado pueblecito está ubicado en lo alto de un acantilado que mira al golfo de Túnez, y se encuentra a unos 10 km al noreste de la capital. Es un sitio delicioso para dar un paseo por sus estrechas calles adoquinadas. Sus relucientes paredes están provistas de rejas en cada ventana, ornamentadas y pintadas de un intenso color azul, y de vistosas entradas arqueadas que sirven de acceso a patios salpicados de geranios y buganvillas. A nadie se le reprochará que piense que ha tropezado con una diminuta isla griega.
El centro de actividad de la población es su plaza principal, Place Sidi Bou Saïd, bordeada de cafeterías, puestos de dulces y tiendas de recuerdos. El faro, que domina el pueblo, se yergue en el emplazamiento de un fuerte del siglo IX.


-Península de Cap Bon-

Esta fértil península penetra en el Mediterráneo desde el noreste de Túnez. Se ha especulado que en el pasado la península llegaba hasta Sicilia, constituyendo un enlace terrestre con Europa que se hundió en el mar hace 30.000 años.
En las calles de Hammamet es probable descubrir diez turistas por cada vecino del pueblo, y el ritmo nunca afloja, excepto en pleno invierno y por poco tiempo.
Cuando se llega a Kelibia, se han dejado atrás los destinos turísticos más demandados de Túnez. En su lugar se encontrará una diminuta urbe que sobrevive principalmente de su flota pesquera, con unos cuantos y modestos centros turísticos, playas protegidas y un fabuloso fuerte del siglo VI que domina el puerto.
A medio camino entre Kelibia y El-Haouaria se halla el poblado cartaginés de Kerkouane, una ciudad fundada en el siglo VI a.C. destruida finalmente por las fuerzas romanas. Fue excavada en 1962, y un museo alberga dichos hallazgos, como la princesa de Kerkouane, la tapa de madera de un sarcófago esculpida con la forma de la diosa Astarté.
La pequeña población de El-Haouaria está emplazada debajo de la punta montañosa de Cap Bon. Es un pasaje tranquilo con varias playas aceptables -sobre todo en Ras el-Drek-, pero su principal atractivo son las cuevas romanas en la costa, a 3 km al oeste de la ciudad. Gran parte de la piedra que se usó para levantar Cartago fue extraída de este notable complejo de cuevas de arenisca amarilla. Los canteros descubrieron que la calidad de la piedra era mucho mejor en la base de los acantilados que en la superficie, por lo que optaron por abrir túneles. Tras casi mil años de extraer arenisca, el resultado son las cuevas actuales.


-El-Jem-

El bien conservado y antiguo coliseo (casi tan grande como el de Roma) empequeñece los edificios de la ciudad moderna. Erigido en una meseta a medio camino entre Susa y Sfax, a unos 210 km al sur de la capital, El-Jem puede divisarse desde varios kilómetros a la redonda, dominando por completo la zona.
El coliseo, construido entre los años 230 y 238 d.C., ha sido utilizado como puesto defensivo en numerosas ocasiones. Sufrió graves desperfectos en el siglo XVII, cuando las tropas de Mohammed Bey abrieron un boquete en el muro occidental para hacer salir a los miembros de la tribu local que se habían rebelado contra los impuestos exigidos. La brecha se ensanchó todavía más durante una rebelión en el año 1850, pero, por fortuna, en la actualidad se concede mucha importancia a su conservación y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Con una capacidad para 30.000 personas (una cifra que supera al de la población de la ciudad), es uno de los monumentos romanos más impresionantes de África. Aún se puede ascender hasta las gradas superiores y observar la arena, o explorar los dos largos pasadizos subterráneos que en otros tiempos albergaban a gladiadores, animales e infelices condenados.


-Tozeur-

Tozeur es una de las paradas más demandadas por los viajeros. Sus principales atractivos radican en un casco antiguo laberíntico, un interesante museo y un extenso palmeral en la punta septentrional de Chott el-Jerid. A unos 435 km al suroeste de la capital, el camino se torna emocionante: la carretera de Kebili atraviesa un chott (laguna salada desecada) por un paso elevado.
El evocador barrio antiguo de la ciudad, Ouled el-Hadef, fue construido en el siglo XIV d.C. para alojar al clan de El-Hadef, que se enriqueció con el comercio de las caravanas. Es una maraña de estrechos callejones cubiertos y de diminutas plazas y ha adquirido fama por sus métodos genuinos de fabricación de ladrillos. Existe un pequeño, pero notable, museo de arqueología que merece una visita.
El palmeral de Tozeur es el segundo de mayor tamaño de Túnez, con cerca de doscientas mil palmeras en una superficie de más de 10 km². Es un clásico ejemplo de agricultura de oasis en terraza y se halla surtida por más de doscientos manantiales, que producen unos sesenta millones de litros de agua al día. El mejor modo de explorar el palmeral es a pie o en bicicleta, que se puede alquilar en la entrada.

-Matmata-

El pueblecito de Matmata, a 400 km al sur de la capital, se encuentra en la costa sureste. Las casas subterráneas de este poblado troglodita han demostrado ser un reclamo irresistible para los turistas o para los viajeros que acceden al lugar en vehículos todoterreno tras un safari por el desierto.
El pasaje desprende un aire casi surrealista, con un entorno un tanto lunar. Sin duda ése es el motivo por el que fue elegido como lugar de filmación para las escenas de desierto de la película “La guerra de las galaxias” Los bereberes de la zona construyeron viviendas subterráneas hace más de mil años para escapar del extremo calor del verano. Todas las casas son prácticamente idénticas, con un patio excavado a unos 6 m de profundidad y habitaciones en túneles abiertos en los lados. Las más amplias cuentan con dos o tres patios y se accede a ellas a través de una estrecha escalera desde el patio hasta la superficie.


¡Buen viaje!

Fuentes: Lonelyplanet.es/Turismo_Destino_Tunez. Wikipedia. Google imágenes.
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