martes, 27 de septiembre de 2016

Paula Bonet

Me gustan las cosas originales y con carisma, me gustan los artistas con personalidad y que aportan cosas fuera de lo común o que se salen de lo ya visto, así que si eres como yo estoy segura que el arte de Paula Bonet te va a entusiasmar…

Paula Bonet, 1980. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, completa su formación en Santiago de Chile, Nueva York y Urbino. Inicialmente trabajó las técnicas de pintura al óleo y grabado (calcográfico, xilográfico, litográfico), pero a partir de 2009 se centrará en la ilustración y desde entonces trabajará en ese campo.
En 2013 ilustra “Léeme” (Andana Editorial) y el poemario de Estel Solé “Si uneixes tots els punts” (Editorial Galerada). “Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End” es el primer libro con texto e ilustraciones de su autoría (marzo de 2014, Lunwerg Editorial). En septiembre de 2014 publica “La pequeña Amelia se hace mayor”, un álbum ilustrado pop up (Editorial Combel). “813” es el segundo libro del que es autora tanto del texto como de la imagen, se trata de un homenaje ilustrado al cineasta francés François Truffaut y a un fragmento de su filmografía (La Galera, febrero 2015).
Su obra ha sido expuesta en Barcelona, Madrid, Valencia, Oporto, París, Londres, Bélgica, Urbino y Berlín.
Su trabajo, cargado de poesía, tiene multitud de ramificaciones, desde la ilustración en prensa (Diari Ara, Revista Kireei, Revista Calle 20, Ling, ESCAC, Caràcters, Le Cool), la escenografía, el cartelismo (The Black Keys, Vetusta Morla, Jacko Hooper) o la pintural mural.


















viernes, 9 de septiembre de 2016

8cho


Han pasado ocho años desde que Bohemio Mundi existe. Se dice pronto, pero ¡¿cómo ha podido pasar tanto tiempo?! (Pausa para suspirar) Y sin embargo, sí, los calendarios han caído durante ocho años, nada más y nada menos. Una parte de mí se sigue sorprendiendo de lo rápido que gira el mundo, incansable, imparable, como una loca carrera que no sabes cuándo concluirá…. Pero hoy nada de eso importa, ni el tiempo, ni la velocidad, ni el espacio.
Hoy recorro este pequeño planeta y me paro a contemplar sus verdes llanuras, hay un rincón muy fresco en donde la hierba es alta y verde, se está bien allí, cerca hay un pequeño riachuelo cuya música transporta versos, palabras, pensamientos, ideas y proyectos… Creo que es la voz de la imaginación, hay días que suena más apagada pero de vez en cuando se entona, y se la oye sin problemas reverberando en las esquinas de este mundo chiquitito. Si esa voz suena las flores brillan, es un fenómeno extraño, pero muy mágico, brillan como farolillos, alegres y festivos. Entonces la tierra se mueve como un gigante que se despierta de un letargo soporífero. Algo te sacude por dentro, como un sentimiento de alegría contagiosa, supongo que la culpa la tienen esas partículas de imaginación que flotan como pétalos amarillos, impregnándolo todo, bañándolo todo. ¡Que alegría me da cuando esa maquinaria productiva se pone en funcionamiento! Eso sí, hay que alimentarla, de lo contrario no hay manera. No es que sea muy exigente, sólo hay que darle un poco de paz, de calma, de tiempo, no le importan las dosis, pero sí que tenga un poco de cada cosa. Quiero cuidarla, hago lo que puedo, pero a veces me es complicado encontrar esos ingredientes que me demanda; la calma, el tiempo, la paz…
Sin embargo mientras Bohemio Mundi y yo tengamos un poquito de esas cosas seguiremos cuidando del planeta…
¡A por 8 años más!
Para despedirme tengo que darle las gracias a los habituales bohemios por seguir visitando mi mundi, gracias por cuidar de que los caminos que llevan a él no se pierdan ni se sequen. Paz. 

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